lunes, 29 de septiembre de 2014

EL AMOR DE QUIENES TE QUIEREN


    Siempre pensé lo importante que son los lazos de sangre. Que la familia es la familia y la sangre es irremplazable, que la amistad es otra cosa. Criticaba a quienes decían que la amistad podía reemplazar ese vínculo.
Pero ayer mi hija me dio una lección de vida.

 Ayer me decía mi hija que para ella los roles familiares están, y punto, que lo verdaderamente importante es el amor que te dan las personas. Que ella me quiere no porque sea su mamá, sino porque ama mi persona, y que ella sabe muy bien que todo el amor que le brindo no es porque soy su mamá sino porque la amo. Sabe que nada de mis actos son por obligación hacia ella sino que todo lo que hago bien sabe que es por adoración y amor absoluto.
Sabe que no podría estar sin hablar con ella y su hermana ni un sólo día, porque me muero, porque necesito tener la tranquilidad de que están bien.
   Entonces así me explicaba con palabras simples y sin vueltas, que ella aceptaba cada rol de las personas que conforman nuestra familia, pero que entendía que sólo existían y punto. Y que eso no implicaba quererlos o respetarlos ni exigir que la quieran. Me decía que el respeto lo sentía cuando una persona se lo merecía, pero no por imposición de la sangre. Por que el respeto se lo ganaban las personas por sus valores, y no por su edad ni por el rol que ocuparan en la familia.
Es por eso que aceptaba la falta de amor de algunos familiares, aunque llorara y sufriera por ese motivo años atrás. Porque lazos de sangre no son sinónimo de amor. Pero amor sí es igual que hablar de  lazos familiares. Es decir,los lazos de sangre no son lazos familiares necesariamente. No siempre la sangre es familia.
  Me decía, que un niño inmediatamente sabe quién lo quiere, quien lo cuida y lo protege. Y no siempre son personas con lazos de sangre.
Me explicaba en su joven experiencia, que sabía de mucha familia que la amaba pero que se sentía más cerca a la gente amorosa amiga que la quería, que a familiares indiferentes que sólo regalan atenciones en los cumpleaños porque no saben ni se les ocurre provocar sorpresas, porque no hay amor.

Y me dijo que me quedara tranquila, que ella no sufría, que aceptaba a las personas como son, y que sabía muy bien a quién consideraba familia. Porque el amor te cuida y te protege.
El resto son sólo pobres corazones.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con tu hija. Un día leí que la vida te recompensa con grandes amigos por aquellos familares sanguíneos a los que uno no puede renunciar.
    Yo por ejemplo, nunca tuve a mi padre cuando crecí, y mi niñez siempre fue inmensamente feliz. A quien quiero como mi abuelito (mi Avi) no tiene absolutamente ningún lazo sanguíneo conmigo, pero yo no tengo más ni mejor abuelo que él.

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