Presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner. (Agencia Telam) |
Para los que no lo saben, el 10 de diciembre asume Mauricio Macri como presidente de Argentina. Luego de 12 años de estar gobernados por el llamado kirchnerismo, el partido Frente para la Victoria de Néstor Kirchner y su esposa Cristina Fernández, ambos presidentes electos. Entre 2003 y 2007, Néstor, y luego por dos mandatos Cristina hasta 2015.
No se trata de un cambio de partido y punto. Se trata de una batahola bochornosa digna de un mal film.
Porque Cristina se niega a dejar su puesto con dignidad. No entiendo aún su fundamento.
Lo obvio, el humor que provocan los distintos modos de imaginar su frustración, tomó forma con una carta que ella publicó hoy es su página web y que da mucha vergüenza ajena.
Sobre la carta de Cristina pensaba.
Hay intimidades que no necesitan tomar luz. Cuando los padres se pelean, a sus hijos sólo les interesa saber si los quieren y si la familia sigue en pie. A los argentinos nos interesa saber quién y cómo nos representan, no las discusiones ridículas entre ellos.
Qué aporta lo que dice Cristina. Querrá que sepamos que viene un presidente que maltrata a las mujeres? Que no es el sonriente hombre que hizo su campaña?
Entre tanta pobreza, delincuencia, corrupción, "Issis", y mucha ansiedad, necesito que nos digan "calma muchachos, sigamos trabajando cada uno desde su lugar, que todos juntos haremos un país mejor".
Pero resulta que en sus últimos días de presidente Cristina elige hablarnos de miserias.
A ver. Necesito ordenar ideas en mi cabeza. Quiero tratar de entender porqué nos volvimos tan intolerantes estos años. Por qué antes éramos un Boca- River, un Racing-Independiente, un Estudiantes- Gimnasia. Y sin embargo nadie te borraba de sus contactos. Sólo se hacían bromas pesadas.
De pronto, hace más de una década las ideas se repartieron en KIRCHNERISMO u OPOSICIÓN.
Ya es vox populi de que si simpatizamos por uno u otro, podemos ser castigados por el silencio o rechazo absoluto. Y nos tenemos que mover con cautela para no herir sentimientos y no perder amigos o familiares.
Aprendimos estos años a ser crueles. A defenestrarnos sin anestesia. Fuimos cómplices de los discursos agresivos del gobierno de turno. Criticamos sus modos pero les contestamos en el mismo tono. Hago mi mea culpa. No siempre luego nos sentimos aliviados. Es como cuando nos enojamos con un ser querido y decimos cosas fuertes, nos remuerde la conciencia porque no era nuestra intención herirlo.
Me pasa lo mismo. No siempre me alivió descargar mis broncas por lo que consideré injusticias de este gobierno. Es como agredirme a mí misma. Porque amo mi país. Y nuestros representantes somos nosotros mismos, quien quiera verlo es así.
Cristina es parte nuestra. Le pagamos su sueldo por 8 años. Con voto o sin voto nuestro, trabajó para nosotros. Debemos respetarla porque amamos la democracia y defendemos la libertad con todas nuestras fuerzas.
Y porque ya aprendimos a disfrutarla, debemos exigir que nuestros gobernantes se respeten entre ellos. Que trabajen comprometidos. Que se pongan de acuerdo y que no ventilen sus miserias.
Hoy no estamos como deberíamos. Hay funcionarios que hoy sufren el desarraigo del poder. Y hay muchas familias que hoy sufren el estómago vacío.
A tan pocos días de la Navidad, muchos argentinos piensan poco en el traspaso presidencial. Algunos piensan en hacer magia para que Papá Noel provoque este año una sonrisa extra a sus hijos. Otros sólo piensan en evadirse con cerveza, vino, paco y lo que sume.
Sin embargo hay otros que tienen una gran preocupación. Llegar a tiempo este jueves 10 al vuelo de las 15hs.
No se trata de un cambio de partido y punto. Se trata de una batahola bochornosa digna de un mal film.
Porque Cristina se niega a dejar su puesto con dignidad. No entiendo aún su fundamento.
Lo obvio, el humor que provocan los distintos modos de imaginar su frustración, tomó forma con una carta que ella publicó hoy es su página web y que da mucha vergüenza ajena.
Sobre la carta de Cristina pensaba.
Hay intimidades que no necesitan tomar luz. Cuando los padres se pelean, a sus hijos sólo les interesa saber si los quieren y si la familia sigue en pie. A los argentinos nos interesa saber quién y cómo nos representan, no las discusiones ridículas entre ellos.
Qué aporta lo que dice Cristina. Querrá que sepamos que viene un presidente que maltrata a las mujeres? Que no es el sonriente hombre que hizo su campaña?
Entre tanta pobreza, delincuencia, corrupción, "Issis", y mucha ansiedad, necesito que nos digan "calma muchachos, sigamos trabajando cada uno desde su lugar, que todos juntos haremos un país mejor".
Pero resulta que en sus últimos días de presidente Cristina elige hablarnos de miserias.
A ver. Necesito ordenar ideas en mi cabeza. Quiero tratar de entender porqué nos volvimos tan intolerantes estos años. Por qué antes éramos un Boca- River, un Racing-Independiente, un Estudiantes- Gimnasia. Y sin embargo nadie te borraba de sus contactos. Sólo se hacían bromas pesadas.
De pronto, hace más de una década las ideas se repartieron en KIRCHNERISMO u OPOSICIÓN.
Ya es vox populi de que si simpatizamos por uno u otro, podemos ser castigados por el silencio o rechazo absoluto. Y nos tenemos que mover con cautela para no herir sentimientos y no perder amigos o familiares.
Aprendimos estos años a ser crueles. A defenestrarnos sin anestesia. Fuimos cómplices de los discursos agresivos del gobierno de turno. Criticamos sus modos pero les contestamos en el mismo tono. Hago mi mea culpa. No siempre luego nos sentimos aliviados. Es como cuando nos enojamos con un ser querido y decimos cosas fuertes, nos remuerde la conciencia porque no era nuestra intención herirlo.
Me pasa lo mismo. No siempre me alivió descargar mis broncas por lo que consideré injusticias de este gobierno. Es como agredirme a mí misma. Porque amo mi país. Y nuestros representantes somos nosotros mismos, quien quiera verlo es así.
Cristina es parte nuestra. Le pagamos su sueldo por 8 años. Con voto o sin voto nuestro, trabajó para nosotros. Debemos respetarla porque amamos la democracia y defendemos la libertad con todas nuestras fuerzas.
Y porque ya aprendimos a disfrutarla, debemos exigir que nuestros gobernantes se respeten entre ellos. Que trabajen comprometidos. Que se pongan de acuerdo y que no ventilen sus miserias.
Hoy no estamos como deberíamos. Hay funcionarios que hoy sufren el desarraigo del poder. Y hay muchas familias que hoy sufren el estómago vacío.
A tan pocos días de la Navidad, muchos argentinos piensan poco en el traspaso presidencial. Algunos piensan en hacer magia para que Papá Noel provoque este año una sonrisa extra a sus hijos. Otros sólo piensan en evadirse con cerveza, vino, paco y lo que sume.
Sin embargo hay otros que tienen una gran preocupación. Llegar a tiempo este jueves 10 al vuelo de las 15hs.
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