DIVIDE Y REINARAS. Estaba pensando en cómo el gobierno de turno influye en nuestros proyectos personales. Por eso soy feliz con el cambio. Creo que a todo país le hace bien cambiar de gobierno.
Por otra parte, siento pena por las personas defensoras de la democracia que no aceptan el pluralismo de ideas. Aquellas que aceptaron fanatizarse por conveniencia y que resulta que no pensaron que podían quedar a la deriva.Me apena que la corrupción las haya absorbido. Aún no comprendo a aquellas que repiten discursos arcaicos fatalistas. ¿Es que sólo les interesa la competencia desmedida, esa que sólo lleva a la desunión, esa misma que defendió el gobierno saliente junto al lema “divide y reinarás”?
Ya a esta altura siento asquito por quienes no ceden e insisten en la agresión constante. Nos vamos enterando de todo lo que nos fueron robando estos últimos años y si bien no nos asombramos tanto, porque sabemos de la corrupción institucionalizada, sí nos compadecemos de quienes tienen que gobernar en un país diezmado y arrebatado por gente insensible y enferma de poder.
Me asqueo de las noticias que van saliendo a la luz pero a la vez me alegro de que por fin se le vaya poniendo un tope a tanta injusticia, o eso espero.
Resulta que enseñamos en la escuela a ser honestos y respetarnos, y si abrimos el diario para enseñarles lo que pasa en la sociedad, nos encontramos con funcionarios adultos rebeldes, que desconocen la autoridad y las leyes, que se comportan como auténticos bárbaros. Que justifican sus procederes con un fanatismo ilógico.
No entiendo los fanatismos en política. No entiendo cómo se puede idealizar a una persona que debe respetarte agradecerte el sueldo y la vida que le estás pagando. No entiendo a quienes se aprovechan de su posición para armar un rebaño de aduladores.
Como dije antes, uno no es ajeno a la realidad. Si al país le va mal, estamos mal. Si al país le va bien, estamos felices. Imposible ser feliz estos últimos años con tanto odio dando vueltas. Hoy puedo proyectar y escucho a gente sensible, que dice lo que necesita escuchar la gente que no está cerrada al cambio. Siento que entendieron mi mensaje en el voto. Ojalá la enfermedad de la corrupción permita que el gobierno pueda crecer. Porque así podremos crecer todos juntos.
No creo que baste un brillante plan económico si seguimos haciendo millonarios a tanta gente inservible e indecente. Si regalamos dinero y no enseñamos a ganarlo.
Ojalá se haga justicia y los ladrones de guante blanco compartan celda con los asesinos.
Espero que de una vez por todas podamos enseñar ética en las escuelas con ejemplos dignos.
¿Argentina año verde?
...que tal si dejamos el egoísmo a un lado...