Hebe de Bonafini |
LA RESISTENCIA A L A DEMOCRACIA
Cuando escucho a una señora con pañuelo blanco decir “…te
vas a caer solo, hijo de puta…” se me vienen a la cabeza mis épocas de Universidad,
en La Plata.
Me estaba acordando de cuando en la Facultad de Periodismo de
la calle 44, fui a varias charlas en las que venían las madres de Plaza de Mayo
a contarnos su padecimiento. El que pasaron con el último gobierno militar. Cuando éstos se
olvidaron de que existía la democracia y la justicia.
Sufrí y lloré a la par de ellas sus relatos. Que contaban
con admirable entereza. Con mucho respeto hacia la vida y hacia las
instituciones. Porque nadie se merece una muerte sin justicia.
Aún hoy no entiendo cómo permiten que una mente enferma ensucie
la lucha de tantas madres y abuelas, esta mujer que abusa de su lugar para que
por piedad le perdonemos exabruptos. Que
no son más que expresiones de un ser desbordado, que no está en sus cabales. Es
que si esta señora estuviera cuerda, si aceptara que esta mujer piensa en su
sano juicio, debería decir entonces en que hace demasiado tiempo es un mal
ejemplo para la juventud que la escucha.
Su sufrimiento no la transforma en ángel.
A una octogenaria se le puede tener compasión por la edad. Pero
no se le puede aceptar las oscuridades de su alma.
Y me importa un pito en este momento opinar sobre el
conflicto militares-desaparecidos-guerrilla. Los que vivimos esa época sabemos muy
bien lo que pasó. Coincidimos en que no queremos que se repita. No queremos
asesinos ni víctimas inocentes de ningún lado. Y sabemos que hubo de los dos en
cada parte.
Sólo hablo de que el micrófono no lo pueden tener personas
psiquiátricas, enfermas de odio. Qué le suman a la democracia?
Porque de algo estoy segura. Todos queremos que al país le
vaya bien. Aunque sigan repartiendo guantes blancos entre los políticos y
empresarios. Aunque el bolsillo siga doliendo desde hace años.
Aunque sigamos rezando porque alguien sepa qué mierda es lo
que hay que hacer para que la torta se reparta por fin, y que sea en lo más
posible lo más parejita.
Y sigo sorprendiéndome de cómo tanta gente mira lo mismo y
lo ve negro o lo ve blanco. No ven matices de ningún tipo.
Cómo tanta gente robó a manos llenas nuestro dinero y alguien
se sorprende de que el país esté en quiebra.
Lo que no me sorprende es que la consecuencia la sigamos
pagando nosotros.
Los idiotas de siempre que pagamos los impuestos exhorbitantes cada mes.
Para que Cristina engordara sus arcas y hoy se las regale a
sus hijos.
Para que los políticos actuales sigan pasándola joya y nos
pelotudeen diciendo que vamos a estar mejor.
Cambian los gobernantes, los métodos, las ideas. Pero nos
siguen rompiendo el culo como siempre.